Las hemorroides son frecuentes en el período perinatal, especialmente en el tercer trimestre. El síntoma de la enfermedad puede comenzar como un dolor simple que se hace persistente hasta llegar tan lejos como convertirse en una hemorragia severa.
Al principio, usted puede sospechar la enfermedad como una cosa normal de las mujeres embarazadas, pero debe asesorarse más al respecto. La picazón es un indicador común seguido por sensación de incomodidad. Si usted nota otros indicios, como gotas de sangre fresca después de limpiarse, entonces se confirma que usted es positivo de la enfermedad.
El embarazo genera más posibilidades de sufrir el síndrome. Cada día el útero tiende a ser más grande y presiona las venas de la pelvis y la vena cava inferior, una vena grande situada en el lado derecho del cuerpo que es responsable de recibir sangre de las extremidades inferiores. Durante el embarazo, el retorno de la sangre desde la parte inferior del cuerpo se enlentece por el cambio de tamaño del útero, lo cual, a su vez, aumentará la presión sobre las venas por debajo del útero haciendo que se expandan y se hinchen.
El estreñimiento, también muy común durante el embarazo, tiende a intensificar la aparición de hemorroides, provocadas por el “empujón” que se hace al tensar y tensar durante la defecación.
Estudiosos de la salud también atribuyen la condición como un efecto del aumento de la liberación de hormonas como el estrógeno y la progesterona durante la gestación. Durante este periodo, las paredes de las venas son obligadas a relajarse, lo que permite que se hinchen aún más.
Una mirada más cercana a la condición
Las hemorroides pueden comenzar como un pequeño bulto que aparece como un guisante, generalmente de color rojo. Es indolora al principio, pero se puede convertir en picazón conforme pasa el tiempo. Para algunas personas, puede ser una imagen impactante, sobre todo si nunca han visto una antes.
Naturaleza de las hemorroides:
1. Hemorroides externas -. Estas se encuentran en la abertura del ano. Este es el tipo más sencillo, ya que no necesitan ser operadas, a no ser que la situación empeore. Las indicaciones tales como picazón y dolores simples son evidentes.
2. Hemorroides internas – Estas se ubican en el interior del canal anal. Una combinación de picazón y sangrado es observable, aunque no es tan insoportable. También conocidas como hemorroides prolapsadas, la condición se cuantifica en la dureza que va de primero a cuarto grado.
• Primer grado – El sangrado es aparente, pero no hasta el punto de que salga por el ano
• Segundo grado – Se proyectan hacia fuera, pero durante la defecación, aunque vuelven a su lugar. Se manifiesta flujo menor de sangre.
• Tercer grado – Realmente sobresalen y necesitan ser puestas de nuevo con apoyo.
• Cuarto grado – Se quedan afuera y no pueden volver a ser puestas en su lugar; Hay presencia de coágulos de sangre.
Los Ejercicios de Kegel
Aparte de comer alimentos fibrosos, frutas y verduras, y el consumo de líquidos para prevenir las hemorroides, también se recomiendan los ejercicios de Kegel para mujeres embarazadas por las siguientes razones:
1. Hacen que los músculos que sostienen el útero y la vejiga se fortalezcan.
2. Fortalece los músculos de la vagina.
3. Ayuda a lograr una evacuación sin estrés
Los ejercicios de Kegel también son ventajosos después de dar a luz pues
1. Estimulan la recuperación perineal.
2. Recuperan el control de la vejiga.
3. Endurecen los músculos de la pelvis.
Cómo realizar los ejercicios de Kegel
1. Localice los músculos de Kegel (Estos son los músculos que rodean la vagina).
2. Contraiga dichos músculos durante 5-10 segundos.
3. Relájese.
4. Repita hasta 20 veces.
5. Respire.
6. Haga este ejercicio al menos tres veces al día.
Nota: Durante los ejercicios de Kegel, evite involucrar las piernas, los glúteos y los músculos abdominales.
Puede ejecutar los ejercicios de Kegel en cualquier momento y en cualquier lugar, mientras está sentado en su silla, leyendo, esperando en una fila o antes de irse a la cama.
Hemorroides Posparto
Esta condición es consecuencia de la presión en el perineo antes, durante, y al momento de la entrega. Las venas tienden a hincharse, incluso con sangre, ya que funcionan como una especie de grifo para impulsar la sangre de regreso al corazón.
La presión al dar a luz al bebé es casi insoportable, y la tensión al llevar al bebé a través de la vagina hace que las venas se hinchen.
El estreñimiento también es evidente después de dar a luz. Esto rompe las hemorroides que hacen que la madre tenga miedo de evacuar, lo que agrava aún más la situación.
Manejo de las Hemorroides
Los siguientes son consejos para minimizar o reducir las molestias:
• Observar la limpieza. Mantenga su ano lo más limpio posible.
• Acuéstese. Usted está poniendo más presión sobre las hemorroides si se sienta o está de pie durante largas horas.
• No levantar / cargar objetos pesados.
• Vaselina. Para calmar y facilitar las deposiciones, trate de poner vaselina en el recto
• Hielo. Trate de sentarse en un hielo para dejar de lado la sensación de ardor.
• Con la orientación de un profesional de la salud, puede utilizar un supositorio seguro y medicado. Pero no lo compre ni lo pruebe por su cuenta sin la prescripción adecuada.
Notas adicionales con respecto a la eliminación de la enfermedad:
• Curar el estreñimiento tan pronto como sea posible.
• Cada vez que sienta la necesidad de ir al baño, vaya. No deje que el miedo evite que vaya. Entre más tiempo se demora, peor se vuelve el problema.
Los posibles tratamientos caseros pueden ser suficientes si usted es muy diligente y disciplinado para salir del problema después del parto. No obstante, si el estado es persistente, le crea inquietud, y piensa que el sangrado está empeorando, consulte su condición con su médico. No sea tímido sobre el problema y no tenga miedo, ya que la cirugía no siempre es recomendable para estos casos.
Obtenga esa Satisfacción de Por Vida
Las hemorroides pueden sonar graciosas para los demás, pero nunca deben ser asociadas con una broma. No subestime la molestia que estas podrían traer a su vida. El tratamiento de la enfermedad debe estar en la cima de sus prioridades. Solo cuando usted se ha tratado a sí mismo en el fondo , es que podrá decir a sí mismo: “Ahora, puedo trabajar más duro por esa satisfacción de la vida.”